¿La problemática del huevo es real?
El huevo ha sido uno de los alimentos más perjudicados. Siempre se ha considerado que era un causante principal de la subida del colesterol sanguíneo por su alto contenido en colesterol dietético. Una yema de huevo contiene 200mg de colesterol, es decir, el 71% de las recomendaciones diarias, pero múltiples estudios han comprobado de forma sólida como no supone un peligro para el riesgo cardiovascular. Como ya hemos dicho anteriormente, no se absorbe gran parte del colesterol que contiene el huevo.
Es más, el consumo de 1 huevo al día es muy improbable que aumente el riesgo cardiovascular en personas sanas. Las recomendaciones de dieta mediterránea son de 2-3 raciones por semana de entre 1 y 2 huevos/ración en función de la persona. Podría ser mayor la cantidad consumida pero no será la recomendación principal ya que de ningún alimento debemos abusar porque desplazaría el consumo de otros.
El huevo es un alimento muy rico nutricionalmente, tiene una proteína de máximo valor biológico y antioxidantes como la luteína y zeaxantina, por lo que restringirlo a toda la población no sería adecuado.
Incluso existen investigaciones que han comprobado como el consumo de huevo aumenta significativamente el colesterol-HDL en sangre considerado “colesterol bueno´´ y no afecta al colesterol-LDL que en niveles elevados produciría un mayor riesgo aterogénico. Además, el colesterol proveniente de los huevos podría mejorar el transporte reverso del colesterol en el organismo, es decir, un proceso bioquímico que se encarga de la excreción del colesterol por la bilis para ser expulsado del organismo. De esta manera, se plantea la hipótesis de que consumir huevo en un contexto saludable podría contribuir a regular los niveles de colesterol en sangre.
Este mismo mito del huevo ha sucedido de forma similar en otros grupos de alimentos como el marisco. Su consumo de vez en cuando tampoco se va a asociar a un aumento del colesterol sanguíneo por las mismas razones.